Tuberculosis en el Perú: un problema latente

Esta enfermedad continúa siendo un gran desafío para la salud pública. Según la OMS, somos el segundo país de Latinoamérica con mayor incidencia de casos estimados de tuberculosis.

Hablar de tuberculosis (TB) en el país continúa siendo sinónimo de cifras alarmantes. De acuerdo con datos del Colegio Médico del Perú, alrededor de 30 mil peruanos y peruanas son diagnosticados con esta enfermedad cada año.  

“Antes de la pandemia de Covid-19 muchos países estaban consiguiendo sólidos progresos en la lucha contra la tuberculosis. Los compromisos políticos de alto nivel en los ámbitos internacional y nacional estaban dando frutos”, comenta Ana Karina Millones, coordinadora de proyectos de TB de la organización médica internacional sin fines de lucro Socios en Salud (SES). Según la especialista, a nivel mundial, esto se tradujo en un 9% de reducción de la incidencia de casos entre 2015 y 2019, y en un 14% de disminución de las defunciones en el mismo período de tiempo.

Pese a ello, la situación cambió cuando se instauró la emergencia sanitaria global. Durante la primera ola de coronavirus, fueron los servicios del primer nivel de atención algunos de los más afectados. Entre ellos, el de la promoción de la salud y prevención de enfermedades tales como la tuberculosis. “Es ahí que con esta limitante, se disminuyó la búsqueda activa de casos, el seguimiento al tratamiento y evaluación de contactos. Como consecuencia, se incrementaron algunas brechas sumamente importantes para ponerle fin a la tuberculosis”, narra Millones.

Panorama actual

Este contexto ha dado lugar a que hoy en día el Perú experimente un dramático retroceso en la identificación de la enfermedad. Precisamente, se estima que desde 2019, año en el que el país logró la detección de casi 33 mil casos, ya no se han vuelto a alcanzar cifras similares. “En 2020, la detección cayó al punto más bajo, con 24,581 notificados. En 2021, fueron 26,437 y, según datos preliminares del Ministerio de salud, en 2022 se detectaron 29,292, de los cuales el 56.2% se concentran en Lima Metropolitana y Callao”, comparte la representante de Socios en Salud. Otras ciudades en donde hay mayor incidencia de casos son Ica, Tacna, Moquegua, Ucayali, Madre de Dios y Lambayeque.

Pese a los avances en el campo de la medicina y de las nuevas innovaciones para identificar y tratar los casos de TB -como lo son las pruebas rápidas de detección-; el acceso, particularmente para los grupos más vulnerables ante la enfermedad como lo son las personas en situación de pobreza extrema o pacientes diagnosticados con VIH; todavía sigue siendo un gran desafío.

Combatir la enfermedad

Para los expertos como Millones, hace falta seguir los lineamientos de la OPS y la OMS, que instan a acelerar la implementación del régimen BPaLM/BPaL (bedaquilina, pretomanid, linezolid y moxifloxacino), ante casos de TB farmacorresistente. “Este tratamiento tiene el potencial de aumentar significativamente las tasas de curación debido a su alta eficacia”, explica. Su administración por vía oral permite llegar a una mayor población por un menor costo, y mejorar la calidad de vida de los pacientes en un periodo de tiempo más corto que los tratamientos tradicionales.

Por su parte, Marco Tovar, director de Servicios de Salud de SES resalta en que si bien en el Perú esta medida todavía no se ha implementado, “se están haciendo todos los esfuerzos tanto desde la sociedad civil como del Estado para lograrlo”.

A su vez, Millones,  habla también del importante rol que pueden cumplir otros actores en la lucha frente a la enfermedad. “Además del Gobierno, se debe trabajar de manera articulada entre diferentes instituciones, tales como organizaciones sin fines de lucro y las organizaciones de la sociedad civil”, reflexiona. Mientras que, por un lado, las ONG -como es el caso de Socios en Salud- pueden ejecutar intervenciones para ayudar a fortalecer el sistema de salud pública, llevando atención médica accesible, equitativa y de calidad para los más vulnerables; al otro extremo, “el involucramiento de la sociedad civil, nos permite conocer, entender y planificar intervenciones que respondan a las diferentes problemáticas que afrontan los afectados por TB, dada su cercanía a la población”, explica la vocera.

En tanto, la coordinadora de proyectos de TB de SES exhorta a la población a mantener la práctica de la “etiqueta de la tos”, que consiste en cubrirse la boca y nariz al toser o estornudar. Una acción bastante básica y sencilla, pero que puede ayudar a controlar los contagios de la enfermedad que se transmite por vía aérea. Asimismo, “si conocemos de personas que tienen la enfermedad, será apropiado recomendar el uso de mascarilla simple para evitar la propagación de esta bacteria, así como dar un pronto inicio al tratamiento antituberculoso”, refiere. En estos casos, si los síntomas de tos y flema persisten durante 15 días, es necesario acudir al centro de salud más cercano para un descarte gratuito.

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