Atención médica en el Perú: desafíos pendientes y oportunidades de mejora que no deben esperar 

La población peruana necesita un sistema de salud pública de calidad, eficiente y oportuno. ¿Qué necesitamos para atender estos desafíos y reducir las brechas sanitarias? El contexto y las soluciones planteadas por diversos especialistas en el siguiente artículo.

El acceso a servicios de salud de calidad es un componente esencial para el bienestar de la población y el desarrollo de cualquier país. En el Perú, si bien han existido algunos avances, aún persisten importantes retos que necesitan ser atendidos y que están relacionados a infraestructura, capacidad resolutiva, abastecimiento y gestión, que limitan la atención efectiva y oportuna para todos los ciudadanos. 

De acuerdo con el informe “Situación actual del sistema de salud peruano”, elaborado por Videnza Consultores (agosto 2024), aunque casi el 100% de la población peruana cuenta nominalmente con algún tipo de seguro de salud (SIS o EsSalud), esta cobertura no siempre se traduce en servicios disponibles con la calidad requerida. Precisamente, el mismo estudio señala que el 97,7% de los establecimientos de salud del primer nivel de atención tienen una infraestructura y equipamiento inadecuado.  

Asimismo, también se evidencia una brecha de recursos humanos: en Perú, existen 16,5 médicos por cada 10 mil habitantes, una cifra por debajo de países de la región como Argentina (39) y Chile (29,7). 

 

La situación de los medicamentos 

A este panorama, se suman las dificultades en el acceso a medicamentos. Según Videnza Consultores, 2 de cada 5 establecimientos del primer y segundo nivel de atención no disponen de medicinas esenciales. Esta situación explica en parte que, de acuerdo con Apoyo Consultoría, el 59% de los usuarios de farmacias privadas recurren a ellas debido a problemas de suministro en el sector público, incrementándose así el gasto de bolsillo.  

La complejidad de este panorama también se refleja en otros indicadores sociales. Jaime Dupuy, director ejecutivo de Comex Perú, escribió en una reciente columna para El Comercio: “En el Perú, solemos hablar de pobreza en términos de ingresos. Si una familia supera cierta línea monetaria, entonces oficialmente ha salido de la pobreza. Pero la realidad es mucho más compleja. Hoy, 29,8% de peruanos vive en condiciones de pobreza multidimensional, una cifra que supera a la pobreza monetaria en 20 de las 24 regiones del país”, detalló. Para el especialista, esto significa que, si bien algunas personas cuenten con ingresos mínimos, siguen manteniendo carencias urgentes en tres aspectos vitales como son la educación, la vivienda y la salud.  

De igual manera, durante la pandemia, la capacidad del sistema de salud fue puesta a prueba en todo el mundo y el Perú no fue la excepción evidenciando retos clave. En palabras de Marco Almerí, cardiólogo clínico y especialista en salud pública: “La pandemia pudo desnudar los problemas profundos que tenemos. Este sistema de salud del Minsa y de EsSalud están en emergencia, han colapsado y requieren una refundación, cambiar la forma en cómo se atiende al peruano”, remarcó para ANACAB. 

 

Un modelo exitoso y replicable 

En medio de este panorama, también se han identificado iniciativas peruanas exitosas y que, en palabras de Almerí, deberían ser tomadas en cuenta y replicarse a nivel nacional. Una de ellas es la de las Asociaciones Público-Privadas (APP), que podemos ver en hospitales como Alberto Barton y Guillermo Kaelin, ambos administrados bajo dicha modalidad, en el ámbito de EsSalud. 

Estos establecimientos, operados con inversión privada, atienden a aproximadamente 250 mil asegurados cada uno. A cambio, EsSalud paga un monto fijo por asegurado al año, el cual, según estima Almerí, son alrededor de 350 dólares por paciente. “Comparando estos hospitales que son de nivel 2 con otros hospitales del mismo nivel, donde el Estado Peruano incluso gasta mucho más dinero que esos 350 dólares, la atención dista mucho”, subrayó. 

Un aspecto por resaltar de este modelo es su sistema de control de calidad. Cada hospital realiza encuestas de satisfacción a los pacientes dados de alta y, según explica el médico cardiólogo, “de cada 100 altas, 95 tienen que decir que están contentos con la atención porque si son solo 94, esto es equivalente a una multa, a una penalidad”. Así se garantizan estándares de servicio consistentes, abastecimiento de insumos médicos, disponibilidad de camas y atención médica continua.  

Estas experiencias demuestras que es posible complementar la oferta pública de salud con modelos de colaboración que permitan elevar la calidad del servicio, optimizar los recursos y atender de manera más eficiente a la población. 

A su vez, para el epidemiólogo y también experto en salud pública, Antonio Quispe, “el problema de salud en el Perú es un problema de gestión”, lo que pone en evidencia la importancia de fortalecer las capacidades administrativas y de articulación de nuestro sistema. 

La experiencia existe y el país cuenta con una valiosa oportunidad para poner en marcha alternativas que permitan cerrar brechas en salud. Iniciativas como las de las APP podrían constituir una herramienta eficaz dentro de una estrategia que debe ser integral y siempre bajo un marco institucional sólido y una adecuada supervisión que garantice calidad, cobertura y eficiencia en la atención médica. 

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