
Cáncer en el Perú: una lucha que requiere acción sostenida y compromiso multisectorial
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Aunque más del 90% de la población cuenta con algún tipo de seguro de salud, miles de peruanos siguen haciendo gasto de bolsillo para acceder a medicamentos esenciales.
A pesar de que el 98% de la población peruana cuenta con algún tipo de seguro de salud –principalmente a través del SIS o EsSalud-, los gastos directos de los ciudadanos para comprar medicamentos siguen en aumento.
Según un informe elaborado por Videnza Consultores para ComexPerú, durante 2023 los peruanos destinaron en promedio S/444 mensuales de sus propios bolsillos para cubrir necesidades vinculadas a la salud. De este monto, S/169 fueron para la compra de medicamentos y S/275 para otros servicios médicos fuera del sector público.
Este gasto no solo es elevado, sino que se ha incrementado considerablemente desde antes de la pandemia, registrando un alza del 29% en comparación con el 2019. Un panorama que se agrava si se considera que Perú es uno de los países con menor inversión pública per cápita en salud en la región, destinando apenas S/523 por persona, mientras países vecinos como Chile y Colombia invierten S/1.248 y S/1.679, respectivamente.
Problemáticas urgentes
Una de las principales razones de este gasto adicional de bolsillo es el frecuente desabastecimiento de medicinas en los establecimientos públicos de salud. De acuerdo con el mismo estudio, 2 de cada 5 postas y hospitales de primer y segundo nivel no cuentan con medicamentos esenciales disponibles, una situación que afecta directamente a los pacientes más vulnerables, especialmente aquellos que viven en zonas rurales y de difícil acceso.
Al mismo tiempo, la alta rotación de funcionarios dentro del Centro de Abastecimiento de Recursos Estratégicos en Salud (CENARES) -encargada de la gestión y adquisición de medicamentos y dispositivos médicos para asegurar su disponibilidad en los establecimientos de salud a nivel nacional-, ha dificultado la continuidad y efectividad de los procesos de abastecimiento y distribución.
Un modelo logístico que debe replantearse
En entrevista con ANACAB, César Amaro, exdirector de la Dirección General de Medicamentos, Insumos y Drogas (Digemid) e investigador principal de Videnza Consultores, señala que uno de los errores históricos ha sido mantener un modelo logístico centrado en la oferta, en lugar de priorizar la demanda real de los pacientes.
“El Estado organiza, planifica, gestiona, toma decisiones en función de la oferta. ¿Qué significa eso? Cada año identifica, en cada prestador público, en cada farmacia pública, lo que necesitan en función a su consumo histórico”, explica. En palabras del especialista, esto se traduce en un modelo en el que se planifica sobre inventarios y no sobre las necesidades reales de la población. “Reponemos en función a ese consumo cuando exactamente lo que deberíamos hacer es lo opuesto”, anota.
Amaro recuerda que, desde hace décadas, sectores como el comercio minorista internacional modernizaron su logística basándose en la demanda. Walmart y otros adoptaron modelos en los que la demanda gobierna la oferta y no al revés.
La ausencia de información sobre la demanda insatisfecha
Para el especialista, el mayor obstáculo para corregir este problema es empezar a medir cuántas recetas quedaron incompletas o no atendidas. “Hoy en día tu vas a cualquier farmacia pública en el Hospital Loayza, en el Hospital Honorio Delgado de Arequipa o en la posta médica de Indiana en Loreto y vas a encontrar que nadie mide receta prescrita, receta atendida, completa o incompleta y ese dato, al no registrarse, el sistema genera un error, ¿y qué cosa hacemos en el Ministerio de Salud? Medimos disponibilidad, medimos inventario. Decimos: oye, tenemos tanto de paracetamol y perfecto ahí quedamos, pero no estamos midiendo lo que no se entregó a los usuarios y al no hacer eso estamos con un punto ciego enorme. No sabemos la demanda insatisfecha”, remarca Amaro.
Esto provoca que miles de pacientes, ante la falta de medicinas, tengan que acudir a farmacias privadas, generando un gasto adicional que, aunque es asumible para algunas personas, resulta inalcanzable para quienes viven en situación de pobreza o pobreza extrema, convirtiéndose en una problemática real que impacta en la economía familiar. “Esta ausencia de información, por el modelo de paradigma centrado en la oferta, ha provocado un error histórico que no hemos corregido desde que existimos como Ministerio de Salud hasta hoy, 2025”, revela.
Un cambio urgente y complejo, pero necesario
En el año 2021 se fundó el Sistema Integrado de Suministro de Productos Farmacéuticos, Dispositivos Médicos y Productos sanitarios (SISMED), con el objetivo de mejorar el acceso a medicamentos esenciales, Amaro comenta que, pese a ser una estrategia muy importante y buena, el sistema tiene 24 años de creado y no ha modificado su modelo de gestión que está centrado, nuevamente, en la oferta en lugar de la demanda.
Por otro lado, el exdirector de Digemid hace hincapié en que se deben implementar indicadores que a la fecha no son contemplados. “Necesitamos empezar a hacer un ejercicio de cuantificación de la demanda para que implementemos un indicador muy importante que se llama nivel de servicio, que no medimos hoy”, manifiesta. Solo de esta manera, apuntaremos a tener una base consistente para una planificación presupuestal más eficiente y sensible a las necesidades reales de la ciudadanía.
Replantear el modelo actual no será una tarea sencilla ni inmediata, pero es indispensable si se busca seguir construyendo un país con mejor acceso a la salud para todos y todas. “Es complicado porque requiere mucho esfuerzo y seguramente de mucho dolor para darnos cuenta de que hay una demanda enorme que no estamos resolviendo y eso obligará a un replanteamiento de financiamiento y un replanteamiento de cómo se gestiona el sistema de distribución o el sistema de compra, pero esa discusión ni siquiera la estamos dando porque no tenemos información de la demanda no resuelta de seres humanos que hoy en día tienen recetas no atendidas. Hay que hacer los cambios, son ejes complicados, pero más dolor generamos en los usuarios si seguimos así”, sentencia Amaro.
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