¿Es el cambio climático una creciente amenaza para la salud en el mundo?

El cambio climático no solo es una seria amenaza para el planeta. De continuar produciendo la misma cantidad de emisiones de carbono y seguir propiciando el calentamiento global, ¿cuáles serían las consecuencias y el impacto en la salud de la población mundial? 

Hablar de cambio climático es hablar de uno de los mayores desafíos a los que el hombre se ha tenido que enfrentar durante las últimas décadas. Sin embargo, resulta irónico saber que es justamente la actividad humana y el incremento de las emisiones de gases de efecto invernadero –causante del 63% del calentamiento global-, lo que ha desencadenado su origen y una serie de efectos devastadores para el medio ambiente y también para la salud.

Precisamente, de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, se estima que entre 2030 y 2050, el cambio climático será el causante de al menos unas 250 mil muertes adicionales de manera anual debido a problemas como la malnutrición, la malaria, la diarrea e incluso el estrés por calor. Además, se prevé que los gastos asociados al cambio climático representen entre US$2,000 a US$4,000 millones al año.

Impacto profundo

Una de las consecuencias más directas del cambio climático en la salud está en el aumento de eventos climáticos bruscos y extremos, dando como resultado olas de calor, sequías, inundaciones y tormentas. Eventos que han causado lesiones, enfermedades y muertes en distintos rincones de todo el planeta, sin contar el daño a infraestructura y servicios esenciales  como son el agua potable y el saneamiento.

Ejemplos de lo que viene sucediendo hay muchos. En Pakistán, 20 millones de personas fueron desplazadas a causa de inundaciones en 2010. En 2016, 2.9 millones de muertes prematuras se registraron a causa de problemas –al corazón, pulmones u otros órganos vitales- asociados a la contaminación del aire. Entre 2001 y 2014, los incendios forestales ya eran un problema y hoy representan una amenaza a la que están expuestos alrededor del 77% de países, de acuerdo con datos de la Fundación Aquae. 

Los más vulnerables

“La Tierra se está calentando y los efectos de esto varían mucho por zonas y amplifican las consecuencias de la pobreza”, manifestó en una reciente entrevista para la organización Socios en Salud, la doctora Sonya Shin, profesora de la facultad de Medicina de Harvard.

Para la también médico asociada a la División de Salud Global del Brigham and Women´s Hospital, hay aspectos fundamentales dentro de lo que viene sucediendo con el cambio climático. “La gente vulnerable a los efectos negativos de la pobreza será la más susceptible a los daños del cambio climático en su salud”. Basada en la experiencia que ha reunido al trabajar dentro de diversas comunidades, Shin explicó que una consecuencia global es el estado de la salud mental. El cambio climático puede provocar estrés y depresión, especialmente en aquellas personas que han perdido sus hogares o medios de vida a causa de eventos climáticos extremos. “Allí (dentro de comunidades vulnerables) uno no sabe de dónde va a venir el agua, si la cosecha no saldrá este año o si habrá un huaico y destruirá las casas en la comunidad. Esta incertidumbre y la ansiedad de no saber el futuro puede impactar desde la mamá hasta el niño”, indicó.

La realidad del país

En el caso específico de Perú, Shin explicó que los efectos del cambio climático pueden verse reflejados en la inseguridad alimentaria y el acceso al agua. “Son dos aspectos que van de la mano. Si uno no tiene agua, no produce comida y no hay economía para muchas familias que se dedican a la agricultura”. Precisamente, según el Centro Nacional de Planeamiento Estratégico (Ceplan), se calcula que el 58% de la población peruana resida en áreas con déficit hídrico solo para el año 2030. Asimismo, cabe destacar que hoy en día Perú ocupa el puesto 66 dentro del  ranking de estrés hídrico de las Naciones Unidas.

Por otro lado, la especialista de Harvard reveló también cómo el cambio climático tiene influencia en las infecciones transmisibles como el dengue, cuyas tasas de contagio y mortalidad han ido en aumento y donde solo para abril del presente año, ya se superaban los 100 mil casos. “Se está viendo que las zonas impactadas por esta enfermedad están cambiando los hábitos de los mismos mosquitos”, reveló.

Finalmente, Shin declaró que también se está percibiendo la influencia del cambio climático en condiciones de salud crónicas como  la diabetes, la hipertensión, la desnutrición crónica y más. “Hay en Guatemala, y otras comunidades en Latinoamérica, evidencia que la gente que trabaja en el campo todo el día haciendo sus cosechas, mientras va calentando la temperatura, están expuestos a una deshidratación crónica y tienen una tasa de falla renal crónica más elevada que otras poblaciones”, comentó.

Además de contar ya con un “Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático hacia el 2050”, cuya implementación espera reducir los riesgos y la vulnerabilidad frente al mencionado fenómeno global, en palabras de Shin es imperativo que al trabajo articulado de las autoridades (locales, regionales y nacionales), se incluya también la participación activa de la población. “Se necesita una respuesta comunitaria para que la misma comunidad tenga el poder y la solución basada en su mirada”.  

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