¿Cómo va nuestro sistema de atención en salud mental?

En el último año, alrededor de 1 millón de casos de problemas de salud mental se han registrado en el país. ¿Qué estrategias se vienen implementando para darles atención?

Con el paso de los años, hablar de salud mental se ha convertido en un tema inevitablemente trascendental para la agenda internacional. Precisamente, con la llegada de la pandemia por la COVID-19, no solo una fuerte crisis económica ha golpeado al mundo entero.

La pérdida de empleo, la muerte de seres queridos, el aislamiento, el cierre de escuelas y universidades, así como otras situaciones de incertidumbre; han llevado a que los problemas de salud mental como la ansiedad y la depresión se incrementen de forma alarmante. De hecho, según estadísticas de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la prevalencia de estas condiciones aumentó un 25% durante el primer año de la emergencia sanitaria.

En el Perú, el contexto no ha sido tan distinto y los datos más recientes son una prueba de ello. Solo para la primera mitad del año en curso, más de 911 mil casos por trastornos de salud mental y problemas psicosociales fueron atendidos por el Ministerio de Salud (MINSA). De estos, los más frecuentes –además de la ansiedad y depresión- fueron el síndrome del maltrato, el trastorno emocional y del comportamiento en la adolescencia, entre otros.

Como ciudadanos, comenta María Elena Escuza, psicóloga y directora de la Escuela de Psicología de la Universidad Norbert Wiener, es importante saber que el derecho fundamental a la salud implica no solo mantenerse libre de enfermedades físicas. “A veces olvidamos que la salud mental es parte integral de estar y sentirnos bien”, enfatiza. En ese sentido y con el objetivo de impulsar un sistema de atención en salud mental más accesible y de calidad, una de las mayores iniciativas adoptadas por el gobierno comenzó hace 8 años.

Primeros pasos

“Antiguamente, la atención a personas con problemas de salud mental se daba en hospitales generales del Minsa o EsSalud y aquellos con mayores recursos accedían a clínicas o consultorios privados”, cuenta Escuza. Hoy, ese panorama es distinto.  Con la aprobación del reglamento de la nueva Ley N° 29989, se inicia en 2015 una migración del modelo de atención hospitalaria hacia uno de enfoque comunitario, creándose los primeros Centros de Salud Mental Comunitaria (CSMC) del país.

“La brecha de atención que teníamos en ese entonces era casi del 90%. Los establecimientos que existían, como postas y hospitales, no eran suficientes para las personas que necesitaban servicios de salud mental”, comentó a inicios de este año el Dr. Yuri Cutipé al medio digital Salud con lupa. Junto a su equipo, Cutipé lideró la creación de los CSMC en el Perú, además de estar a cargo de la Dirección de Salud Mental del Minsa por 9 años.

Con resultados positivos en Brasil y Chile bajo este enfoque, fueron 24 los CSMC que se inauguraron. Al día de hoy, estos suman 248 y se encuentran distribuidos a nivel nacional. Los CSMC se caracterizan por:

  • Brindar atención ambulatoria especializada en trastornos mentales y/o problemas psicosociales moderados o complejos.
  • Los servicios más importantes están enfocados en atender a niños y adolescentes, adultos y adultos mayores, prevención y control de adicciones, entre otros.
  • La atención es gratuita para quienes cuentan con Seguro Integral de Salud (SIS). Personas externas también pueden atenderse a costos accesibles.
  • Cada CSMC atiende solo a los habitantes de su territorio. En caso el CSMC que corresponda fuese otro, los usuarios son derivados.

Otro punto que hay que destacar es que los CSMC son centros operados por profesionales multidisciplinarios. “Trabajan psiquiatras, psicólogos, enfermeros, médicos de familia, terapeutas de lenguaje, trabajadoras sociales, químicos farmacéuticos, terapeutas ocupaciones, nutricionistas, entre otros. Esa es la única forma de brindar una verdadera atención comunitaria porque podemos considerar los diversos aspectos de la vida del usuario”, sostuvo en su momento el Dr. Cutipé. Asimismo, según indicó July Caballero, directora ejecutiva de Salud Mental del Minsa, se prevé que para el 2024, sean más de 300 CSMC operando en ciudades como Ica, Huancavelica, Junín, Piura, Cajamarca, Lima y Puno.

¿Cómo seguir mejorando el sistema de atención en salud mental?

En palabras del Dr. Cutipé, si bien es cierto que la creación de los CSMC es parte de una gran estrategia y trae múltiples beneficios para la población, también es fundamental “fortalecer el primer nivel de atención”. Justamente, Escuza anota que son estas instituciones como las postas médicas, los centros de salud o de maternidad; los establecimientos que reciben a la mayor cantidad de ciudadanos. “Estos lugares cuentan con médicos generales a quienes también se debería formar en estos temas para brindar la atención adecuada y, ya en casos más complejos, derivarlos oportunamente a los Centros de Salud Mental Comunitarios o a los hospitales de mayor complejidad”, manifiesta.

De otro lado, teniendo en cuenta que la mitad de los problemas de salud mental empiezan antes de los 14 años, según indica la Organización Panamericana de la Salud (OPS) en su informe “Política para mejorar la salud mental – 2023”; dicho organismo enfatiza en la necesidad de reforzar la promoción de la salud mental en las primeras etapas de la vida. Justamente, la directora de la Escuela de Psicología de la Universidad Norbert Wiener, agrega que las mejores políticas para tratar esta problemática radican en los programas preventivos y promocionales. Estos deberían iniciar en la etapa escolar y estar dirigidos a concientizar a toda la comunidad educativa, la cual implica a los padres de familia, alumnos y docentes.

También es necesario trabajar campañas de sensibilización que ayuden a superar el estigma que aún persiste en el Perú acerca de hacer uso de servicios relacionados a la salud mental. “Pareciera que ir al psicólogo o el psiquiatra es algo que todavía debe mantenerse en secreto o que es un motivo de vergüenza. Esto es algo que ha sido en gran parte superado en países desarrollados, donde recibir ayuda psicoterapéutica se considera más bien algo muy común y saludable”, finaliza Escuza.

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