Mercados ilegales de medicamentos: una realidad preocupante

Adquirir y consumir medicamentos en mercados no fiscalizados puede tener graves consecuencias para la salud de la población. Conoce la realidad alrededor de esta problemática y aprende cómo protegerte de adquirir medicamentos de origen ilegal.

Mercados ilegales de medicamentos

La venta de medicamentos falsificados, adulterados, vencidos, robados o de origen desconocido, representan un serio problema de salud pública a nivel mundial, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), generando riesgos para la población, como:

  • Adquirir productos ineficaces al tratamiento.
  • Aumentar los riesgos de morbilidad y mortalidad.
  • Generar resistencia a los antimicrobianos.
  • Incrementar las infecciones farmacorresistentes.
  • Socavar la confianza en el sistema de salud.

Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), el Perú se encuentra entre los 5 países con mayor incidencia de falsificación de medicamentos a nivel mundial, y se estima que el mercado de medicamentos de procedencia ilegal representa un valor aproximado de US$200 millones al año en el país.

Según la Dirección General de Medicamentos, Insumos y Drogas (Digemid), los analgésicos, antiinflamatorios y antibióticos, son los fármacos más falsificados en el mercado ilegal de medicamentos. Para hacer frente a este problema, es fundamental:

  • Acceso a un plan de salud básico que incluya servicios de salud y medicamentos.
  • Fortalecimiento de los sistemas regulatorios y de control de calidad de medicinas.
  • Concientizar a la población sobre los riesgos de comprar en el mercado no regulado.

¿Por qué hay un mercado ilegal de medicamentos?

Según recaba un informe del IPE de este año, el porcentaje de pacientes que buscó atención en farmacias se triplicó entre los afiliados a EsSalud, pasando del 8% en 2004 al 23% en 2022, y se quintuplicó entre los afiliados al Ministerio de Salud y SIS, pasando del 6% al 32% en el mismo período. Entre los afiliados al sector privado, la cifra apenas aumentó del 4% al 9%. Es decir, que las personas, en lugar de recibir sus medicinas de manera gratuita y sin afectar su presupuesto familiar, se vieron obligadas a gastar su dinero en medicinas.

Al tener que gastar de su propio bolsillo, muchos usuarios buscan los precios más bajos y no siempre en establecimientos farmacéuticos regulados. En un informe del diario El Comercio acerca del mercado ilegal de medicinas en pandemia, Marisa Papen, directora ejecutiva de Inspección y Fiscalización de la Digemid, lamentó que el mercado ilegal de medicamentos se haya activado en la pandemia por las limitaciones de acceso a las medicinas y que se haya rebalsado la capacidad operativa que tiene el Estado para combatirlo. 

Pero Papen dijo algo más preocupante aún: “este mercado siempre ha existido”. El vínculo entre escasez de medicamentos en los hospitales y los puntos de venta ilegal en establecimientos aledaños es algo que se repite en la mayoría de distritos de Lima, destacaba el mismo informe. 

Tormenta perfecta

Teniendo en cuenta este panorama no sorprenden los hallazgos del “Medicamentos ilegales en el Perú: Diagnóstico de la situación y recomendaciones de política”, hecho por Videnza Consultores para ANACAB en 2019, el cual señala que las principales causas de la existencia de medicamentos ilegales en el país se pueden concentrar en:

 

  • Acceso limitado a medicamentos
  • Gobernanza débil
  • Capacidad técnica limitada

Para hacerle frente a esta situación existe una larga lista de recomendaciones técnicas, pero entre las fundamentales, además de mejorar el acceso a las medicinas por parte del sistema de salud y mejorar la trazabilidad de los medicamentos, es clave fortalecer la rectoría de la Digemid para incrementar la efectividad de sus acciones. 

Por otro lado, promover la alianza Estado – Empresas privadas para proteger la cadena de producción y comercialización formal de productos, y expandir la oferta formal privada a ámbitos urbano marginales y poblaciones pequeñas para mejorar la cobertura puede ser el inicio del cambio. 

¿Qué puede hacer el consumidor? 

Lourdes Ternero, representante de la Digemid, destaca que el primer paso siempre es comprar medicamentos en farmacias y boticas formales, evitando adquirirlos en mercados, ferias, vendedores ambulantes o a través de internet. 

Los usuarios pueden verificar si un establecimiento es formal y seguro utilizando el Registro Nacional de Establecimientos Farmacéuticos, disponible en el Registro Nacional de Establecimientos Farmacéuticos. En ese formulario se debe elegir la Dirección de Salud (DISA) o Dirección Regional de Salud (DIRESA) de la localidad en la que se comprará el medicamento.

¿Qué garantía nos brinda? Los locales formales son los inscritos en el Registro de Establecimientos Farmacéuticos de la Digemid. Las farmacias y boticas registradas son permanentemente fiscalizadas por la dependencias regionales del MINSA, es decir, las DIRESAS o DIRIS. 

¿En qué consiste la fiscalización? Los inspectores verifican:

  • Si el personal tiene la calificación y capacitaciones adecuadas
  • Si el local es limpio
  • Si los medicamentos están bien almacenados, en orden y no expuestos a luz, calor, polvo, insectos, etc

Pero también verifican la documentación de los medicamentos, es decir, la trazabilidad. 

Cuando una botica o farmacia muestra al inspector documentos como órdenes de compra, guías de entrega, facturas, etc., se constata que la procedencia es legal y que la manipulación en toda la cadena de producción y distribución garantiza la seguridad y eficacia del producto. Por ejemplo, hay productos sujetos a cadena de frío: si en alguna parte de la cadena de distribución esa cadena se ha roto, asumimos que el producto ya no es eficaz ni seguro.

Además, es importante seguir estas recomendaciones:

  1. Rechazar productos con etiquetas ilegibles o con adhesivos añadidos. Las letras deben ser claras y definidas.
  2. No comprar medicamentos a través de páginas web no confiables ni autorizadas.
  3. Asegurarse de que los medicamentos adquiridos en una farmacia o botica no sean propiedad del Ministerio de Salud, EsSalud, Sanidades de las Fuerzas Armadas, la Policía Nacional u otra entidad pública, ya que su venta está prohibida.
  4. No desechar los medicamentos vencidos o que ya no se usen en la basura. Es mejor llevarlos a los puntos de acopio del Ministerio de Salud para evitar que ingresen al comercio no regulado.
  5. Denunciar la venta de productos falsificados, adulterados, vencidos o de contrabando porque es un delito, en Denuncia el comercio ilegal.

Sin duda, la existencia de medicamentos falsificados y el mercado ilegal representa un grave problema de salud pública en el Perú. A pesar de los esfuerzos realizados, persisten desafíos en términos de gobernanza y acceso a medicamentos. Por tanto, es de vital importancia que tomemos acción sobre las recomendaciones existentes. Los consumidores también deben asumir su responsabilidad en este sentido, ya que al unir fuerzas podemos proteger nuestra salud y promover un sistema de salud confiable. Juntos, podemos marcar la diferencia y garantizar un futuro más saludable para todos.

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